A la memoria de Rodrigo Tabares, con afecto /Por Manuel Tiberio Bermúdez

Rodrigo Tabares S.

Me contaron que Rodrigo Tabares Silva, murió hoy 27 de julio de 2022. Noticias como esta golpean el alma, pues con Rodrigo, compartí muchos momentos que se volvieron historias de nuestro transito de la juventud a la adultez.

Fue secretario del Concejo Municipal en Caicedonia, y ocupo otros cargos en los que mostró su capacidad y su talento.

Inquieto, inteligente y bohemio, Rodrigo vivió intensamente, esa Caicedonia que amaba. La bohemia, y todo lo que en ella a veces se vive, durante un buen tiempo lo convirtió en un ser que parecía vencido por la vida y cada que hablábamos yo le reprochaba su actitud y ese camino en el que cada vez se perdía.

Alguna vez escribí un texto y le dedique unos versos de una canción de Alí Primera que dicen:

Teniendo las piernas buenas
caminaba de rodillas
porque cuando se fue de bruces
se apoyó en la botella.

Lo hice con la intención de sacudirlo, de decirle que un ser humano valioso e inteligente como él, se estaba dejando llevar por esa borrasca de los desenfrenos.  Le dolió mi perorata y me dijo que iba a estudiar Derecho. No le creí pues sabía que seguía en ese abandono al que se había entregado.

Pasó el tiempo y cuando nos volvimos a encontrar me mostró con orgullo la tarjeta que lo acreditaba como abogado. Era otro, ganaba buen dinero  y fue un abogado exitoso.

A veces nos juntábamos y rememorábamos esos días de juventud en donde destacábamos, no precisamente por ser ejemplo vida, sino que vivíamos con intensidad una juventud que el ambiente en el que nos desenvolvíamos en Caicedonia,  “no daba para más”.

Las cantinas y bares de nuestro pueblo fueron sitios en los que nuestra presencia era habitual, hasta que la vida me llevó por otros lares y nos dedicamos a hacer nuestra existencia particular.

Se casó tuvo hijos y muy pocas veces nos veíamos pues mi vida en otra ciudad me había alejado de la bohemia…en Caicedonia.

Hoy; me duele la ausencia de Rodrigo, con quien realicé algunos periódicos en Caicedonia; de quien conocí su afecto por los libros, a quien leí en versos contestatarios que dieron desahogo a su rebeldía.

Me duele su muerte porque aun tenía mucha vida para la bohemia, para su manera particular de enfrentar la vida, porque a las noches en Caicedonia le faltará ese hombre solitario que cuando la luna estaba en lo más alto, caminaba las calles en busca de la  soledad en la que vivió los últimos tiempos.

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