Caicedonia 111 años / Por Manuel Tiberio Bermúdez

Hacía muchos años no iba a la Casa de la Cultura en Caicedonia. Un espacio que tiene la gente de mi pueblo para presenciar las diversas manifestaciones de la cultura, para formarse en otras y de esa forma ir buscando los caminos que conduzcan a las realizaciones personales en pintura, música, teatro etc.

Fue grato estar ahí, en ese espacio del que me siento orgulloso ser fundador, junto con otros caicedonenses amantes del arte y sus distintas manifestaciones.

Fui para atender a una invitación que me hiciera la Secretaria de Educación y Cultura, Yurani Castro, para participar en un conversatorio que denominaron “Historia de Caicedonia, una mirada cultural” y en la que siete expositores estuvimos presentes dando lectura a ponencias de diversa factura.

El encuentro tuvo lugar en la sala que rinde homenaje a uno de los mejores artistas que ha dado Caicedonia: Eduardo Mejía Ceballos. Nos encontramos con Cielo Mejía hermana del pintor con quien rememoramos a Eduardo, su trabajo, y en ocasiones su desconocimiento como artista de La Centinela.

Estuvimos diciendo si a la invitación: Carlos Alberto Agudelo Arcila; quien hizo una evocación de la Caicedonia que vive en su memoria, pero más en su corazón de poeta. Nos llevó a desandar las calles de ese pueblo que amamos y nos regresó a ese espacio mágico de la escuela primaria en la que por primera vez nos acercamos a ese mundo de las palabras  que luego se volvería oficio para varios de los que allí estábamos.   

Líber Andrés Garay, nos habló sobre sus experiencias en el registro de lo que ha sido su quehacer como investigador con algunos proyectos de escritura que ha liderado en la Centinela del Valle. Sus palabras nos llevaron por los senderos de la historia, esa que parece tan desconocida por nuestros paisanos, revivió para los asistentes sucesos de los indígenas que habitaron estas tierras inhóspitas que fueron más tarde avasalladas por las salvajadas de los conquistadores quienes diezmaron en nombre del progreso y de la civilización, a aquellos primitivos habitantes de estos territorios. Nos habló, en fin, de su lucha para que la historia de Caicedonia tuviera historia.

Luego Aida Yepes, la escritora de “La Impronta” y de “Mi pequeña Eulalia en una patria sin dueño”, dos novelas con las que ya camina los senderos de la escritura literaria, nos habló sobre la Caicedonia cultural y los escritores de la tierra. Cuestionó cómo han  evolucionado la escritura y los escritores en el Municipio y nos invito a reflexionar sobre el oficio de escribir en la Centinela del Valle, e invito a que sean muchos los que se sumen a este oficio. Alentó a los jóvenes a que lean sin descanso y luego viertan sus ideas y sensaciones en los nuevos libros que cuenten sobre sus experiencias.

Por su parte Pedro Luis Barco Díaz, escuchó en la voz de los niños que conforman el Semillero de Lectura de la Biblioteca Municipal su cuento sobre don Quintiliano Ardila, de quien Pedro asegura y deja constancia en su escrito,  que recibió el Nobel antes que nuestro escritor de Aracataca Gabriel García Márquez, gracias a una pilatuna salida del afecto por un hombre que escribía versos que le surgían del alma elemental que tenía. Luego Pedro Luis evocó a Eduardo Mejía, el pintor de Caicedonia. Habló de su quehacer, de la magia que realizaba con el pincel y el color y del mural de su autoría que la Casa de la Cultura luce orgullosa.

Después Guillermo Escobar Baena, realizó una disertación sobre lo que puede ser a futuro esta Caicedonia de hoy que ya tiene 111 años de edad. Se lamentó de que la modernidad se hubiese llevado esas casas de antaño hechas de guadua, esterilla, madera y barro, y que eran sello y recuerdo de esa ciudad de antaño. Promulgó que solo el trabajo, la cultura y el conocimiento harán mejor el futuro de Caicedonia. Reafirmó los aspectos del Paisaje Cultural Cafetero y las falencias que hoy tiene la ciudad en ese campo.

Finalmente Rafael Antonio Castaño Vélez, disertó sobre los componentes arqueológicos y antropológicos que se han publicado en revistas especializadas y que cuentan de la presencia humana en nuestro territorio caicedonense, dijo que hay que buscar las fuentes de la identidad en el pasado prehispánico que permitirá que Caicedonia vaya jalonando procesos identitarios.   

Ah claro, y este servidor quien habló sobre una de las actividades que más reconocimiento para Caicedonia ha dejado: El encuentro nacional e internacional de escritores por la paz de Colombia…

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